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Sumario de este número

 

Carta del Director

El piano, instrumento musical. Un texto de Luisa Futoransky

 

Artes y Espectáculos

‘Saul Steinberg, artista’, en la Fundación Juan March de Madrid

          El Dibuk: el fantasma del ‘mundo perdido’ en el Musée d’Art et d’Histoire du Judaisme de París, Francia / Santiago Raigorodsky

100 años del nacimiento de Roy Lichtenstein en una exposición / S. R.

‘Mere Things’ (Cosas Simples) de Ilit Azoulay en el Museo Judío de Nueva York / S. R.

El coleccionismo: Lo que los objetos representan / Norma Sturniolo

El ojo y la mirada             

Alejo Stivel, músico y cantante, líder de la banda Tequila

Inéditos de Lou Reed

Las contrafusas y el escenario

 

Letras y Libros

Jacob Israel de Haan: El poeta y su asesino / Luisa Futoransky

Massimo Recalcati o cómo psicoanalizar la Biblia

Elfriede Jelinek, la Nobel que escribe a navajazos

La apertura de los archivos secretos de Elias Canetti revoluciona su obra

Los cuentos selectos de Irene Nemirovsky

Reseñas / J. Alcoriza / N. Sturniolo

Café Kafka

 

Páginas Centrales

Los refugiados judíos del nazismo en la zona de Tánger / Jacobo Israel Garzón

 

Argumentos y Ensayos

Seis rehenes en los túneles de Rafah. Una crónica de antisemitismo y horror / Carlos Roldán Larreta

Giorgio Agamben, el filósofo que vio en el estado de excepción la nueva normalidad

 

Historia y Sociedad

El Niño de La Guardia, la formación de un libelo y su pervivencia (III)  / Leah Bonnín

De lugares y tiempos

 

Miscelánea

Los Bauer, la fascinante historia (y propiedades) de una de las familias más poderosas y ricas de España

Las cosas que pasan

 

En Portada: Ilit Azoulay, 'Queendom' panel 2, 2022, vista detallada, impresión de inyección de tinta, 2,2 × 1,4 m. Cortesía: el artista, Braverman Gallery y el Museo de Arte Islámico, Jerusalén.

RAÍCES último número publicado

€16.00Precio
  • Carta del Director

     

    Aproximadamente un siglo atrás, la psicología y el psicoanálisis pudieron ser calificados de «ciencias judías» por la abrumadora cantidad de nombres célebres que le dieron nacimiento y lustre: Sigmund Freud, Karl Abraham, Helene Deutsch, Erich Fromm, Paula Heimann, Wilhelm Reich, Frieda Fromm-Reichmann, Herbert Rosenfeld, Max Schur, Sabina Spielrein...

    En el campo de las artes, desde la segunda mitad del siglo pasado otra manifestación de largo alcance, la fotografía, podría quizá ser calificada de «arte judío» solo con repasar los nombres que citamos en los últimos ejemplares de Raíces y el actual: Garry Winogrand, Jay Blakesberg, Man Ray, Joel Meyerowitz, Vivian Maier, Annie Leibovitz, Nicolás Müller, Helmut Newton, David Seymour, Robert Capa, Marcelo Brodsky, Ryszard Horowitz…

    Pero lo cierto es que cuesta hablar de un «arte judío» o de una «ciencia judía». Sí existen personas judías que ejercitan sus dotes artísticas o científicas y que han dejado su huella en el mundo.

    Si nos remitimos al campo de las letras encontramos una pléyade de nombres judíos de enorme importancia, pero si calificáramos la producción de estos autores como «literatura judía» le estaríamos haciendo un flaco favor y seguramente provocaríamos su rechazo. Son escritores judíos que se dedican a la escritura como otros son artistas judíos que se dedican a la fotografía, o científicos judíos que ejerce la psicología y el psicoanálisis.  Por supuesto que existe una literatura judía pero esta es una categoría específica que no se limita a la producción de escritores judíos. Sobran ejemplos de escritores no judíos con notables obras de temática judía que entran de lleno en la categoría de literatura judía.

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